
A lo largo de unos 15 kilómetros, las paredes desnudas forman una cadena de verdes, marrones, amarillos, blanco calizo y grises dignos de ver y de fotografiar.
En los huecos del terreno se forman ensenadas, pequeños montículos con yerba y maleza, poblaciones de cocoteros y las inconfundibles playas de olas bravas y arena gruesa que caracterizan la costa barahonera.
Algunos acantilados no se ven desde la carretera.
Algunos acantilados no se ven desde la carretera.
Las mejores vistas se obtienen de los hoteles que usan precisamente como patio las mesetas de estos despeñaderos que, sin alcanzar los 30 metros, se alzan imponentes desafiando los vientos y recibiendo las aguas marinas de un prometedor destino ecoturístico frente al mar.
((La vía panorámica Carretera Barahona-Paraíso incluye tres de los más hermosos acantilados de República Dominicana.
Fuente: Listín Diario
Fuente: Listín Diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario